Cómo decir
Teatro de Operaciones
Teatro de Operaciones
1. Por favor, no hables ni escribas sobre nosotr*s sin siquiera saber quiénes somos.
2. Si piensas comenzar a investigar sobre cuestiones trans y/o intersex por
favor recuerda que no se trata, en ninguno de los dos casos, de territorios
vírgenes e innominados, a la espera de ser descubiertos, roturados y
colonizados. Así como harías frente a un continente desconocido, aprende a
reconocer a quienes vivíamos en ese lugar antes de tu llegada y reconoce
también que no estábamos esperándote para empezar a existir. Resiste la
tentación de “explicarnos” qué somos –quizás ofendas a algun*s y
seguramente harás el ridículo ante much*s.
3. Si decides “ilustrar” una presentación oral o escrita con fotografías de
personas trans o intersex, ten en claro el objetivo y la modalidad de esa
ilustración. No asumas nuestro exotismo –aunque no lo creas, mucha gente
sabe de nuestra existencia, incluyendo nuestra existencia desnuda, y no
precisa imágenes para “comprendernos”. Si las incluyes en tu presentación,
procura visibilizar, al mismo tiempo, los rasgos simbólicos y materiales de
esa inclusión. ¿Es necesaria porque tu audiencia nunca vio a un* de
nosotr*s? Y ese dato ¿qué significa? ¿No hay acaso ninguna persona trans
e intersex entre tu público? ¿Por qué? Más aún ¿Qué es lo que se espera
“comprender” a través de observar fotografías de nuestros cuerpos?
Recuerda que el modo de exposición no solo enseña acerca del cuerpo, sino
también acerca del status ético de quien es mostrado. Evita, por favor,
exhibirnos en un frasco. O en una jaula.
4. Recuerda que tanto trans como intersex son términos que incluyen
experiencias subjetivas muy diversas. No las reduzcas a narrativas
estereotipadas, ni utilices esos estereotipos narrativos como parámetros de
autenticidad (“si no dice que es una mujer atrapada en el cuerpo de un
hombre, no es trans”; “si no dice que tiene dos sexos, no es intersex”). No
intentes introducir una taxonomía que desconozca esa diversidad. No
somos una especie humana diferente, y ningun* de nosotr*s encarna todos
los modos de ser trans o intersex.. Existe tanta diversidad en nuestro mundo
como en el tuyo… ¿o será el mismo?
5. Recuerda en todo momento que tanto las experiencias trans como las
intersex son vividas, en efecto, por personas de sangre roja, no de tinta. No
uses tu bibliografía para confrontar y evaluar la vida de la gente que tienes
adelante. Ninguna persona trans o intersex vive, ni debe vivir, de acuerdo a
lo que dice nadie. Déjate interpelar, confundir y contaminar por aquello
que, en el encuentro con l*s otr*s, cuestiona, desmiente o subvierte lo que has aprendido.
6. No des por asumido que a las personas trans o intersex no les interesa
intervenir en los espacios de los que participas –especialmente si esos
espacios están dedicados a discutir o a trabajar sobre cuestiones trans o
intersex. Pregúntate, más bien, por las condiciones de accesibilidad de esos
mismos espacios –el modo en el que se habla ¿les da la bienvenida? ¿y qué
hay de la distribución generizada de los baños?
7. Adopta la misma actitud crítica con la que trabajas sobre otros temas
para trabajar cuestiones trans e intersex.Personas muy sofisticadas al hablar
de género y sexualidad, capaces de deconstruir sus marcos normativos, se
vuelven extraordinariamente simplistas al hablar de temas trans e intersex,
y repiten de manera acrítica los términos fijados por el mismo paradigma
biomédico que destrozarían en otras circunstancias. Si rechazas lo que la
biomedicina y el derecho han venido diciendo de las mujeres y la
homosexualidad, ¿por qué creer a pie juntillas lo que dicen sobre
cuestiones trans e intersex? Si apelas al paradigma biomédico, investiga
qué es lo que se ha escrito en los últimos años. Y, sobre todo, presta
atención a lo que las propias comunidades trans e intersex han producido al respecto.
8. No des por asumido que al escribir “GLTBI” cada parte de la sigla es
intercambiable. Por supuesto, cualquier activista de derechos humanos
puede hablar de cuestiones trans e intersex, pero si jamás hay personas
trans e intersex hablando del tema… hay ciertamente un problema.
9. No asumas que nuestro lugar es el testimonio, y que ese testimonio debe,
además, ser expresado en términos tradicionales para ser “adecuado”. Si no
puedes imaginarte a personas trans e intersex como expert*s en temas trans
e intersex, en climatología o en astrofísica, en bioética o en feminismo,
entonces abre los ojos –porque ahí estamos. No reduzcas toda producción
trans e intersex a una expresión testimonial o de denuncia. Si vas a
comentar nuestros textos no caigas en la tentación de enfocarte en el cuerpo
o la identidad de quien describe. No asumas nuestra falta de
profesionalidad. Y no asumas tampoco que es necesario ser profesional
para intervenir en un debate.
10. Ten extremo cuidado con las generalizaciones. Si no estas segur*
acerca de la corrección de lo que vas a decir, prueba reemplazando “trans”
por “judío”, “negro” o “mujer”. Si tu afirmación o tu pregunta suenan
antisemitas, racistas o misóginas, entonces seguramente también serán transfóbicas11. Si vas a participar en un debate público con una observación sobre
2. Si piensas comenzar a investigar sobre cuestiones trans y/o intersex por
favor recuerda que no se trata, en ninguno de los dos casos, de territorios
vírgenes e innominados, a la espera de ser descubiertos, roturados y
colonizados. Así como harías frente a un continente desconocido, aprende a
reconocer a quienes vivíamos en ese lugar antes de tu llegada y reconoce
también que no estábamos esperándote para empezar a existir. Resiste la
tentación de “explicarnos” qué somos –quizás ofendas a algun*s y
seguramente harás el ridículo ante much*s.
3. Si decides “ilustrar” una presentación oral o escrita con fotografías de
personas trans o intersex, ten en claro el objetivo y la modalidad de esa
ilustración. No asumas nuestro exotismo –aunque no lo creas, mucha gente
sabe de nuestra existencia, incluyendo nuestra existencia desnuda, y no
precisa imágenes para “comprendernos”. Si las incluyes en tu presentación,
procura visibilizar, al mismo tiempo, los rasgos simbólicos y materiales de
esa inclusión. ¿Es necesaria porque tu audiencia nunca vio a un* de
nosotr*s? Y ese dato ¿qué significa? ¿No hay acaso ninguna persona trans
e intersex entre tu público? ¿Por qué? Más aún ¿Qué es lo que se espera
“comprender” a través de observar fotografías de nuestros cuerpos?
Recuerda que el modo de exposición no solo enseña acerca del cuerpo, sino
también acerca del status ético de quien es mostrado. Evita, por favor,
exhibirnos en un frasco. O en una jaula.
4. Recuerda que tanto trans como intersex son términos que incluyen
experiencias subjetivas muy diversas. No las reduzcas a narrativas
estereotipadas, ni utilices esos estereotipos narrativos como parámetros de
autenticidad (“si no dice que es una mujer atrapada en el cuerpo de un
hombre, no es trans”; “si no dice que tiene dos sexos, no es intersex”). No
intentes introducir una taxonomía que desconozca esa diversidad. No
somos una especie humana diferente, y ningun* de nosotr*s encarna todos
los modos de ser trans o intersex.. Existe tanta diversidad en nuestro mundo
como en el tuyo… ¿o será el mismo?
5. Recuerda en todo momento que tanto las experiencias trans como las
intersex son vividas, en efecto, por personas de sangre roja, no de tinta. No
uses tu bibliografía para confrontar y evaluar la vida de la gente que tienes
adelante. Ninguna persona trans o intersex vive, ni debe vivir, de acuerdo a
lo que dice nadie. Déjate interpelar, confundir y contaminar por aquello
que, en el encuentro con l*s otr*s, cuestiona, desmiente o subvierte lo que has aprendido.
6. No des por asumido que a las personas trans o intersex no les interesa
intervenir en los espacios de los que participas –especialmente si esos
espacios están dedicados a discutir o a trabajar sobre cuestiones trans o
intersex. Pregúntate, más bien, por las condiciones de accesibilidad de esos
mismos espacios –el modo en el que se habla ¿les da la bienvenida? ¿y qué
hay de la distribución generizada de los baños?
7. Adopta la misma actitud crítica con la que trabajas sobre otros temas
para trabajar cuestiones trans e intersex.Personas muy sofisticadas al hablar
de género y sexualidad, capaces de deconstruir sus marcos normativos, se
vuelven extraordinariamente simplistas al hablar de temas trans e intersex,
y repiten de manera acrítica los términos fijados por el mismo paradigma
biomédico que destrozarían en otras circunstancias. Si rechazas lo que la
biomedicina y el derecho han venido diciendo de las mujeres y la
homosexualidad, ¿por qué creer a pie juntillas lo que dicen sobre
cuestiones trans e intersex? Si apelas al paradigma biomédico, investiga
qué es lo que se ha escrito en los últimos años. Y, sobre todo, presta
atención a lo que las propias comunidades trans e intersex han producido al respecto.
8. No des por asumido que al escribir “GLTBI” cada parte de la sigla es
intercambiable. Por supuesto, cualquier activista de derechos humanos
puede hablar de cuestiones trans e intersex, pero si jamás hay personas
trans e intersex hablando del tema… hay ciertamente un problema.
9. No asumas que nuestro lugar es el testimonio, y que ese testimonio debe,
además, ser expresado en términos tradicionales para ser “adecuado”. Si no
puedes imaginarte a personas trans e intersex como expert*s en temas trans
e intersex, en climatología o en astrofísica, en bioética o en feminismo,
entonces abre los ojos –porque ahí estamos. No reduzcas toda producción
trans e intersex a una expresión testimonial o de denuncia. Si vas a
comentar nuestros textos no caigas en la tentación de enfocarte en el cuerpo
o la identidad de quien describe. No asumas nuestra falta de
profesionalidad. Y no asumas tampoco que es necesario ser profesional
para intervenir en un debate.
10. Ten extremo cuidado con las generalizaciones. Si no estas segur*
acerca de la corrección de lo que vas a decir, prueba reemplazando “trans”
por “judío”, “negro” o “mujer”. Si tu afirmación o tu pregunta suenan
antisemitas, racistas o misóginas, entonces seguramente también serán transfóbicas11. Si vas a participar en un debate público con una observación sobre
alguna cuestión trans o intersex hazlo a través de intervenciones claras y
bien fundamentadas. Si hablarás de intersexualidad, no la asocies
inmediatamente a personas “con dos sexos” o que “no se sabe qué son”. Al
hablar de personas trans, no incurras en simplificaciones tales como
“hombres que quieren ser mujeres” o “mujeres que quieren ser hombres”.
Recuerda que tras esas intervenciones, que confunden degradan más de lo
que explican, somos nosotr*s los que debemos reparar el daño, muchas
veces sin contar con los privilegios de quienes los causan. Si no sabes
cómo encarar una intervención adecuada, simplemente indica que debería
haber en el lugar personas trans e intersex capaces de intervenir por sí mismas.
12. No des por sentado que ser trans o intersex es un sinónimo de
sufrimiento. Al hacerlo no sólo estarás reduciendo la riqueza de nuestra
vida a una única y terrible experiencia; también estás contribuyendo a
alimentar la idea de que todo lo que existe más allá de la diferencia sexual
binaria es doliente y digno de compasión. Y cuando te enfrentes al
sufrimiento de personas trans e intersex, no asumas inmediatamente que
sufren debido “a lo que son”.. Recuerda que las personas trans e intersex
también estamos atravesadas por desigualdades económicas, étnicas,
religiosas, corporales; sufrimos por hambre, por frío, por falta de trabajo o
de atención médica. Sufrimos por amor, también, como cualquiera.
13. No deposites en las personas trans e intersex tus esperanzas de
subversión genérica y sexual –y, en particular, no nos atormentes
demandándonos el cumplimiento de esas esperanzas. Si quieres vivir en un
mundo donde hay más de dos géneros, donde las personas usan nombres
ambiguos y no se reproducen estereotipos de género, comienza por ti
mism* y encarna tu propia revolución.
14. No, las buenas intenciones no lo arreglan todo. Si eres criticad* por
cómo abordas las cuestiones trans o intersex intenta considerar las críticas
sin desmerecerlas y sin intentar acallarlas inmediatamente con la bondad de
tus propósitos. Si nos tomamos el trabajo de escuchar, leer y criticar lo que
produces es porque de verdad valoramos tu esfuerzo.
15. Si bien tu contribución puede ser muy importante para abrir ciertos
espacios a nuestra participación, por favor, no nos conviertas en tu “causa”.
Necesitamos aliad*s y compañer*s, no caballer*s medievales ni amazonas.
16. Somos tan antigu*s como la historia. No nos conviertas en metáfora o
ejemplo de los nuevos tiempos, las neosexualidades, los avances
biotecnológicos o el declive del nombre-del-Padre. Haciendo eso no solo
estereotipas nuestras vidas, sino que pones la tuya propia más allá de las
urgencias de este presente, que también es el tuyo. De los tiempos que te
tocan vivir tú mism* eres el mejor ejemplo.
18. Presta atención al hogar textual que nos construyes. Si sus paredes son
clasificaciones médico-legales, comentarios expertos, heteronomía,
referencias irrespetuosas a nuestro género, descripciones patologizantes,
martirologio; si no respetas nuestros modos de nombrarnos, si nos
diagnosticas, más que un hogar nos estás construyendo un hospital o cárcel.
19. Esfuérzate por recordar nuestra existencia aún cuando no seamos tu
tema central. Un mundo en el que existen sólo hombres y mujeres y sólo
cuerpos convencionalmente masculinos y femeninos, es un lugar sin espacio para nosotr*s.
20. Aprovecha la proximidad de personas trans e intersex para poner en
práctica la consistencia entre tu teoría y tu práctica. Si crees en el
desmantelamiento de los estereotipos de género, no los reproduzcas
asumiendo que quien orina de pie es hombre y quien tiene pechos es mujer.
Si crees en la diversidad de la sexualidad humana, no asumas que somos
tod*s heterosexuales. Si crees en la lucha contra los fundamentalismos, no
los reproduzcas juzgando a las personas trans e intersex por contradecir tus
ideas sobre el “deber ser” del cuerpo o del género. Si crees que la medicina
y el derecho han funcionado discursos normativizantes, no los reproduzcas
adoptando acríticamente sus taxonomías. Si crees en el empoderamiento de
“l*s que no tienen voz”, ábrete a la escucha de lo que dicen.
bien fundamentadas. Si hablarás de intersexualidad, no la asocies
inmediatamente a personas “con dos sexos” o que “no se sabe qué son”. Al
hablar de personas trans, no incurras en simplificaciones tales como
“hombres que quieren ser mujeres” o “mujeres que quieren ser hombres”.
Recuerda que tras esas intervenciones, que confunden degradan más de lo
que explican, somos nosotr*s los que debemos reparar el daño, muchas
veces sin contar con los privilegios de quienes los causan. Si no sabes
cómo encarar una intervención adecuada, simplemente indica que debería
haber en el lugar personas trans e intersex capaces de intervenir por sí mismas.
12. No des por sentado que ser trans o intersex es un sinónimo de
sufrimiento. Al hacerlo no sólo estarás reduciendo la riqueza de nuestra
vida a una única y terrible experiencia; también estás contribuyendo a
alimentar la idea de que todo lo que existe más allá de la diferencia sexual
binaria es doliente y digno de compasión. Y cuando te enfrentes al
sufrimiento de personas trans e intersex, no asumas inmediatamente que
sufren debido “a lo que son”.. Recuerda que las personas trans e intersex
también estamos atravesadas por desigualdades económicas, étnicas,
religiosas, corporales; sufrimos por hambre, por frío, por falta de trabajo o
de atención médica. Sufrimos por amor, también, como cualquiera.
13. No deposites en las personas trans e intersex tus esperanzas de
subversión genérica y sexual –y, en particular, no nos atormentes
demandándonos el cumplimiento de esas esperanzas. Si quieres vivir en un
mundo donde hay más de dos géneros, donde las personas usan nombres
ambiguos y no se reproducen estereotipos de género, comienza por ti
mism* y encarna tu propia revolución.
14. No, las buenas intenciones no lo arreglan todo. Si eres criticad* por
cómo abordas las cuestiones trans o intersex intenta considerar las críticas
sin desmerecerlas y sin intentar acallarlas inmediatamente con la bondad de
tus propósitos. Si nos tomamos el trabajo de escuchar, leer y criticar lo que
produces es porque de verdad valoramos tu esfuerzo.
15. Si bien tu contribución puede ser muy importante para abrir ciertos
espacios a nuestra participación, por favor, no nos conviertas en tu “causa”.
Necesitamos aliad*s y compañer*s, no caballer*s medievales ni amazonas.
16. Somos tan antigu*s como la historia. No nos conviertas en metáfora o
ejemplo de los nuevos tiempos, las neosexualidades, los avances
biotecnológicos o el declive del nombre-del-Padre. Haciendo eso no solo
estereotipas nuestras vidas, sino que pones la tuya propia más allá de las
urgencias de este presente, que también es el tuyo. De los tiempos que te
tocan vivir tú mism* eres el mejor ejemplo.
18. Presta atención al hogar textual que nos construyes. Si sus paredes son
clasificaciones médico-legales, comentarios expertos, heteronomía,
referencias irrespetuosas a nuestro género, descripciones patologizantes,
martirologio; si no respetas nuestros modos de nombrarnos, si nos
diagnosticas, más que un hogar nos estás construyendo un hospital o cárcel.
19. Esfuérzate por recordar nuestra existencia aún cuando no seamos tu
tema central. Un mundo en el que existen sólo hombres y mujeres y sólo
cuerpos convencionalmente masculinos y femeninos, es un lugar sin espacio para nosotr*s.
20. Aprovecha la proximidad de personas trans e intersex para poner en
práctica la consistencia entre tu teoría y tu práctica. Si crees en el
desmantelamiento de los estereotipos de género, no los reproduzcas
asumiendo que quien orina de pie es hombre y quien tiene pechos es mujer.
Si crees en la diversidad de la sexualidad humana, no asumas que somos
tod*s heterosexuales. Si crees en la lucha contra los fundamentalismos, no
los reproduzcas juzgando a las personas trans e intersex por contradecir tus
ideas sobre el “deber ser” del cuerpo o del género. Si crees que la medicina
y el derecho han funcionado discursos normativizantes, no los reproduzcas
adoptando acríticamente sus taxonomías. Si crees en el empoderamiento de
“l*s que no tienen voz”, ábrete a la escucha de lo que dicen.
Teatro de Operaciones fue un proyecto lúdico-político de activismo masculino
trans e intersex, llevado a cabo por Joaquín Ibarburu y Mauro Cabral a lo largo
del año 2006.
trans e intersex, llevado a cabo por Joaquín Ibarburu y Mauro Cabral a lo largo
del año 2006.
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